Compositor: Miguel Cejas
No todos los que confiesan ser cristianos son de veras
Pues lo que dicen con su boca luego sus hechos lo niegan
Y en el más leve fracaso o en la más enérgica prueba
Demuestran que son soldados sin valor y experiencia
Porque el cristiano que es cristiano se nota a las veinte leguas
Cuando todo le va bien o cuando no levanta cabeza
Siempre le verás gozando en medio de la tormenta
Está bien fundamentado, no hay problema que le mueva
En medio de la tormenta el alma
No pierde esperanza cuando vive confiada
Y en Jesús se fundamenta
El alma no se desespera
Lucha, lucha y no desmaya
Sacas fuerza de flaqueza
Entre los que son auténticos y los que solo aparentan
La diferencia es muy grande, la distancia es gigantesca
Hay cristianos que son de oro y en el fuego lo demuestran
Mientras que otros solamente son bisutería cualquiera
Porque el cristiano que es cristiano se nota a las veinte leguas
Cuando todo le va bien o cuando no levanta cabeza
El otro por el contrario, en su boca solo hay queja
Uno está sobre la roca y otro está sobre la arena
En medio de la tormenta el alma
No pierde esperanza cuando vive confiada
Y en Jesús se fundamenta
El alma no se desespera
Lucha, lucha y no desmaya
Sacas fuerza de flaqueza
El cristiano verdadero es semejante a la palmera
Que cuando soplan malos vientos romperse ya pareciera
Que cualquiera que le esté viendo pensaría de igual manera
Pero quedaría perplejo viendo ya pasar los vientos
Viendo ya pasar los vientos y ella, permanece esbelta
En medio de la tormenta el alma
No pierde esperanza cuando vive confiada
Y en Jesús se fundamenta
El alma no se desespera
Lucha, lucha y no desmaya
Sacas fuerza de flaqueza
El cristiano verdadero